Cuando era chico, recuerdo que un amigo de mi padre, llamado Edilio, era un empleado privado en un gran hotel de renombre en nuestra ciudad, y todos los fines de semana o cuando el estaba libre, Edilio nos llamaba, y mi papá y yo íbamos a la casa de Edilio ubicada a una esquina de la nuestra, y nos sentábamos en el borde de su camioneta, con los pies colgando. Edilio traía su cuchillo, pelaba algunas chinas o mangos, nos daba a mi papa y a mi unos cuantos y se sentaba junto a nosotros. Entonces mientras el y mi papa se tomaban algunas cervezas yo me comía todos los mangos y las chinas que podía.
Edilio era lo que mi padre consideraba un hombre rico. Siempre pensé que se debía a que era un hombre con un buen empleo, una camioneta y que prestaba dinero.
Años después, me di cuenta de que aquello que mi padre admiraba en la riqueza de Edilio era que éste sabía cuándo dejar de trabajar, reunirse con amigos y comer y beber en buena compañia.
Lo que aprendí de Edilio y de mi papa, es que ser rico es un estado de ánimo.
Algunos de nosotros, por mas dinero que tengamos, nunca seremos lo bastante libres como para sentarnos en el barrio a comer china y beber cervezas. Otros son ricos sin tener más que un cheque de su salario por delante (como yo). Si uno NO se toma el tiempo para dejar que los pies cuelguen sobre la camioneta y disfrutar de los pequeños placeres de la vida, su existencia probablemente será estresante, abrumadora y aburrida.
Durante los primeros años de mi vida productiva, me olvidé de esa lección que aprendí de chico en la cama de carga de una vieja camioneta. Estaba demasiado ocupado haciendo todo el dinero que podía. Pero mas tarde lo perdí, pero aprendí la lección. Ahora tengo tiempo para alegrarme con los éxitos de los demás y para disfrutar del día.
He aprendido a vivir la vida momentos a momentos, a disfrutar con las cosas sencillas de la vida, me hago acompañar de gentes que aprecio y que me aportan momentos divertidos. Aunque como patrimonio solo tengo un sueldo por delante, vivo como si fuera rico y hoy puedo decir.
¡Por fin soy un hombre rico!
Una vez lei esto.
A dos grupos de personas se les hizo la siguiente pregunta: ¿Qué es riqueza?
El grupo número 1 contestó de la siguiente manera:
Arquitecto:
- Tener proyectos que me permitan ganar mucho dinero.
Ingeniero:
- Desarrollar sistemas que sean útiles y muy bien pagados.
Abogado:
- Tener muchos casos que dejen buenas ganancias y tener un BMW.
Médico:
- Tener muchos pacientes y poder comprar una casa grande y bonita.
Gerente:
- Tener la empresa en niveles de ganancia altos y crecientes.
Atleta:
- Ganar fama y reconocimiento mundial, para estar bien pagado.
El grupo número 2 contestó lo siguiente:
Preso de por vida:
- Caminar libre por las calles.
Ciego:
- Ver la luz del sol y a la gente que quiero.
Sordo:
- Escuchar el sonido del viento y cuando me hablan.
Mudo:
- Poder decir a las personas cuánto las amo.
Inválido:
- Correr en una mañana soleada.
Persona con una enfermedad terminal:
- Poder vivir un día más.
Huérfano:
- Poder tener a mi mamá, mi papá, mis hermanos, y mi familia.
Yo:
- Vivir, creo que la mayor riqueza es la vida con buena salud, la mejor ganancia de esa riqueza incluyendo intereses a plazo fijo, es la familia y los amigos.
"No midas tu riqueza por el dinero que tienes, mide tu riqueza por aquellas cosas que puedes hacer y que no cambiarías por dinero".
domingo, 28 de agosto de 2011
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Que lindo !!!
ResponderEliminarMe gusto mucho este comentario, no esperaba menos de ti..a
Excelente!
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