“Limpiabotas marrón y negro, por cinco cheles se los pongo nuevos”, es una expresión que ya no se escucha no sólo por la devaluación de la moneda, sino por la casi desaparición de su protagonista: El lustrador de calzados.
Sin embargo, algunos como Ramón Felipe Ureña y Sergio Angomás, con más de 40 años en el oficio, se resisten a los cambios de los nuevos tiempos, a pesar de que los clientes son cada vez menos.
Y es que las ofertas de supermercados y tiendas de “combos” con todo lo necesario para limpiar zapatos y tenis, se ha convertido en el principal competidor de los limpiabotas.
lunes, 9 de noviembre de 2009
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