A los hombres no les gusta el pantiprotector

Una amiga asidua al blog me propuso el otro día tratar un tema que cuando lo planteó me produjo una carcajada, porque yo no había caído en la cuenta de lo apuros en que mete a las mujeres ese pequeño detalle con el que ella has tenido sus inconvenientes.

Ella cuenta que su novio cree que el pantiprotector es uno de los elementos más antieróticos y repelentes que las mujeres han adoptado como elemento indispensanble de su higiene diaria.

Mi amiga afirma que "bastantes mujeres olvidan que lo llevan puesto cuando se ven inmersas en un escarceo erótico. No hay nada más frustrante que cuando estás en pleno agarre y el tipo bajas su mano a la entrepierna para deslizar sus dedos por los panticitos, esperando detectar unas formas deseadas, calientes y de ser posible depiladas al estilo brasileño, y se encuentras con algo uniforme y con tacto rígido como si fuera cartón, como si fuese un cinturón de castidad.

Es en ese instante y no antes, cuando ella recuerda que lo lleva puesto, pero me dijo que lo peor de todo fue cuando ella tomo el pantiprotector y como si de la cosa más natural del mundo se tratara (para ella lo es, no para él), se despoja del susodicho doblándolo en cuatro, aprovechando sus propiedades adhesivas.

"¡Qué momento! a él se le bajo aquello a una velocidad pasmosa"

Me encontre un poco exagerada la percepción de mi amiga. Le pregunté a una de las chicas que escriben en el blog. Ella usa pantiprotector y dice que es muy cómodo y que no entiende lo que dice mi otra amiga porque en cuanto a su novio se refiere, el se lo quita, hace un rollito con el, lo tira por ahí y le marcha de lo mas bien.